Los elementos de la catapulta

Distribuiremos los elementos de los que está formada la catapulta en cuatro categorías:


  • LA CUERDA DE TORSION

    Según Vitrubio, la cuerda utilizada para la torsión estaba confeccionada a partir de pelo humano ("pelo de mujer", afirma él específicamente), o bien de tendón de animal. Concretamente, su elaboración consistía en humedecer los tendones para ablandarlos, extraer su parte interna, y trenzar con ellos una soga. La principal característica de estos tendones es su gran elasticidad (capacidad para acumular y liberar energía) equiparable, o incluso superior, a la de los mejores materiales artificiales modernos y, de hecho, en esta elección descansa gran parte de la funcionalidad de la balista.
    Una vez terminada la soga, ésta se almacenaba hasta el momento del montaje final de la catapulta. Entonces se humedecía toda la cuerda de nuevo para enrollarla alrededor de los bastidores, intentando que quedara lo más tensa posible. Al secarse, el tendón se contrae fuertemente, aumentando todavía más la energía elástica del mazo.
    En relación con esto, nos preguntamos cuál sería la forma de trenzado más eficiente. Es evidente que las diferentes configuraciones de las hebras pueden ser más o menos propicias para la acumulación de energía, y suponemos que la experiencia práctica de la construcción dictará cuál es, pero es un punto que los textos omiten.





  • PIEZAS METÁLICAS:

    Eran escasas (como se espera de una máquina construída en campaña) pero fundamentales. Básicamente consistían en unos tornillos de torsión, alrededor de los cuales se abrazaba la cuerda de tendones, cuya función era a la vez fijarla al bastidor y proporcionarle una torsión adicional. Muy posiblemente, estas piezas serían de bronce, que entre las aleaciones conocidas en la época supone una buena solución de compromiso entre resistencia y rozamiento (véase, en el caso moderno, el resultado de utilizar hierro).

    Es posible que otras pequeñas partes también fueran de metal, como por ejemplo el disparador y el mecanismo de sierra y palanca usado para tensar la cesta poco a poco. Y como protección contra fuego y proyectiles, la catapulta contaría con un blindaje exterior clavado en la parte frontal de los bastidores.



  • MADERA

    Las fuentes aseguran que con la madera de un solo árbol grande era suficiente para elaborar todas las piezas necesarias para el montaje de una catapulta de gran tamaño. Es claro que no todos los árboles resultaban igual de convenientes, pues de la estructura de madera se esperaba:

    a. que soportase la gran fuerza de torsión a la que estaban sometidos los bastidores.

    b. que aguantase los embates de los brazos contra el bastidor al liberar el proyectil.

    c. que los propios brazos soportaran la tensión mientras la cesta está retraída.

    Así pues, se requería una madera particularmente resistente (pero no frágil!) que no siempre iba a estar disponible, puesto que dada la aparatosidad de estas grandes máquinas se las solía construir in situ (en el lugar del asedio, por ejemplo, véase para más explicaciones). Esto nos hace pensar en la necesidad de un método para endurecer la madera, en el propio lugar de la construcción --el más sencillo sería un simple secado al sol--, pero no hemos hallado ningún comentario al respecto.


  • EL PROYECTIL

    El proyectil debería cumplir unos requisitos fundamentales:

    a. Tendría que tener un peso que fuera adecuado para el tipo de objetivo y la distancia a la que se encontrara. Es decir, cuanto más pesada fuera la bala, más poder destructivo tendría, pero menos distancia podría alcanzar. Por el contrario, un proyectil ligero causaría menos daños pero podría ser lanzado desde más lejos.

    b. La forma sería esférica. La talla de la bala tenía que hacerse con cierto esmero puesto que los proyectiles son más precisos cuanto más perfecta sea su esfericidad. Un proyectil irregular podría sufrir desviaciones críticas en su trayectoria, aparte de frenarse considerablemente y perder energía.

    c. El material utilizado era el más barato y accesible: piedra. Se usaba la piedra que se hallaba en el lugar del asedio (usualmente caliza). La densidad podría ser también relevante, pues con una roca más densa se podría fabricar un proyectil más pequeño (lo que implica menos rozamiento con el aire) y con más poder de penetración (pensemos en el efecto distinto que produce en una pared el golpearla con el puño o con un fino martillo de gemas).

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